Mi hija Loreto ha practicado durante muchos años ballet. Le
apasionaba!!!!! Y le sigue gustando, pero en la vida, hay que tomar
decisiones... Esta actividad le ha aportado muchas cosas buenas, la disciplina,
las posturas y composturas, las
amistades que tiene, conocer gente, el
viajar a varios puntos de España y en alguna ocasión, no muchas, al extranjero,
bueno, bueno… Pero es que a sus padres les ha aportado casi lo mismo. Tengo muy
buenos amigos que, a raíz del ballet y estas hijas que son intimas, nos han
convertido en eso, buenos amigos. He viajado conociendo lugares de España, y que
con la excusa del ballet, hemos hecho turismo, tanto cultural como gastronómico…
Una de las primeras salidas que hicimos fue a Arnedo (La Rioja). Yo ya lo conocía, pero había que ir si o si. El concurso fue ahí, pero nos alojábamos en Arnedillo, en un hotelito muy familiar, un pueblo cercano a Arnedo, pequeñito y con un magnifico balneario, que no tuvimos tiempo de visitar.
Salimos muy tarde de Jaca aquel viernes 13 de marzo de 2009,
sí, creo que fue 13 y viernes…. Llegamos al hotel, fuimos los últimos y ya estaban
casi sentados para cenar. Cenar y a dormir. Al día siguiente había que
madrugar. Es lo que tiene ir de concursos, te tienes que adaptar a sus
horarios, si luego hay tiempo libre, a hacer turismo.
La mañana fue concurso, café, concurso, cervezas, concurso y comer. Por la tarde más de lo mismo. Loreto bailo su individual y la de grupo. Quedaron muy bien. Recuerdo que Loreto con su individual y la de grupo “Las mil y una noches” pasaron a la final…
En estos concursos no se puede aplaudir, no te dejan. Nuestro grupo de las “mayores” concursaban con una pieza “La gete Parisién ¡espectacular! No pudimos resistirnos al terminar el baile, ponernos a aplaudir pero no solo nosotros, todo el teatro, la bronca de la presentadora fue descomunal, jejeje y nos dijo: “A mí también me pican los pies, pero ya sabéis que aplaudir no se puede”.
Tuvimos una visita en Arnedo que nos hizo mucha ilusión, Ricardo “el de Logroño”. Ricardo es un buen amigo desde hace muchos años, mas de 30. Compañero de fatigas, juergas y algún que otro arresto. Hizo el servicio militar con Mariano, mi marido. Desde entonces mantenemos una gran amistad, que aunque no nos vemos mucho, ahí está.
Vino a Arnedo y había que ir de vinos, de vinos y de tapas… Qué cosas tan buenas!!! Yo no soy mucho de vino, me gusta más la cerveza, pero en La Rioja ¡¡¡como no vas a beber vino!!!
Las comidas en estos casos son una locura: “Cuando acaban las niñas?, que rato les queda?, ve a mirar si les pueden dar de comer a ellas primero en tal sitio, aunque sea un bocata…” Ha sido así siempre, corre que te pillo. Mas luego el estrés de “date prisa que no llegas, me falta una zapatilla, búscala que tiene que estar, mira que mi maillot se me ha manchado con el carmín, que estoy atacada, mira que está llorando de los nervios…” Un sin vivir, que la verdad, ahora echo de menos.
Este fue uno de los primeros viajes que hicimos. Luego vinieron mas, pero esos los iremos viendo poco a poco...
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